Para inauguraciones de galerías y terrazas, para estrenos de cine y teatro, para cenas benéficas, para bodas… El photocall es perfecto para amenizar tu evento y, como no, para promocionarlo.
Un evento no es un evento si no hay un photocall de por medio. Quien piense lo contrario tan sólo debe echarle un vistazo a los últimos estrenos, inauguraciones y actos benéficos que se han llevado a cabo en nuestro país. La mayor parte de ellos –por no decir todos- han recurrido a este soporte para dar publicidad a su encuentro y, sobre todo, para hacer que los asistentes guarden un buen recuerdo de él. Y cuando hablamos de “asistentes” no nos referimos únicamente a actores, presentadores, políticos o modelos, no. Lo hacemos también de ciudadanos de a pie que, gracias al photocall -o fotocall, como muchos lo conocen-, tenemos la oportunidad de sentirnos como uno de los personajes que ocupan las portadas de las revistas de moda y del corazón.
Seguro que hay muchos que, en la medida que avanza el texto, van sacándole pegas a la democratización del photocall: que si todo el mundo lo utiliza pierde su impacto, que la gracia es que crear eventos únicos y no copias de otros acontecimientos, que lo visto muchas veces satura… Pero con estos comentarios estaríamos pasando por alto dos cosas: la primera, que a todos nos gustan las fotos y, más, si somos nosotros los que aparecemos en ella. Nos encanta retratarnos en compañía de nuestros amigos familiares, inmortalizar momentos con imágenes y hacer revisión de ellos meses después. La segunda cuestión a tener en cuenta es que, justamente, son los photocalls por los que desfilan los famosos los que menos arriesgan en su planteamiento y los que recurren a la misma fórmula de presentación.
Fijaos en el estreno más esperado de la temporada, el de la película “Ocho apellidos catalanes”. Su photocall no tenía más misterio que ser una impresión a gran tamaño de su cartel. Pero, a pesar de su simplicidad, consiguió su propósito: que actores y personalidades de la vida pública posasen con él de fondo y ayudasen a promocionar la segunda parte de una de las sagas más taquilleras del cine español. Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde, Carmen Machi, Manuela Carmena o Esperanza Aguirre, entre otros muchos, desfilaron por delante de este soporte y consiguieron que cámaras fotográficas y de televisión diesen buena cuenta de la premier. Pero el de “Ocho apellidos catalanes” es solo un ejemplo de lo mucho que puede dar de sí un soporte de estas características. Ya compartimos con vosotros algunos modelos de photocalls originales y que, por su humor, por su diseño o por su propuesta, conseguían captar la atención de los presentes y convertirse en el centro de bodas, cumpleaños, cenas de empresa o fiestas en discotecas. Y es, además de para promocionar marcas, el photocall es perfecto para amenizar eventos y darles un toque especial. Porque el límite de un photocall se encuentra en la originalidad del que los idea, no en el soporte mismo.
PIE DE FOTO: Dani Rovira posando delante de un photocall durante la premier de “Ocho apellidos catalanes” (Autor: Diez Minutos).
