Quien conozca nuestro blog, lo sabrá. Llevamos tiempo insistiendo en que los fly banner son una buena inversión para promocionar nuestro evento profesional, social o cultural como empresa. Lo son, primero de todo, por su eficacia. Se trata de soportes publicitarios que, por su altura –algunos pueden alcanzar los 5 metros- y por su forma –los hay emulan una gota de agua, que parecen una vela de barco o que son rectangulares-, se distinguen entre la multitud de visitantes a ferias y congresos profesionales, a competiciones deportivas, a galas benéficas o a conciertos musicales. Y si estas particulares banderolas son visibles a metros de distancia y con una marabunta de cabezas alrededor, la compañía que invierte en ellos, más aún. Es su nombre y su logo el que aparece impreso en su interior y el que los asistentes al encuentro recuerdan una vez éste ha acabado. Además, no podemos olvidar que los fly banners tienen un extra en relación a otros soportes publicitarios: son baratos. Lo son por su precio, pero sobre todo por su durabilidad ya que, a diferencia de otros soportes, se puede utilizar en diferentes ocasiones y eventos.
Seguro que, después de este comentario, muchos se quedan con la mosca detrás de la oreja y piensan: si un soporte publicitario es barato significa que es malo o que está en desuso o que no es eficaz. Nada más lejos de la realidad. Como todo en esta vida, la calidad de una campaña o evento no está tanto en el precio que se invierte en ella como en la creatividad de sus organizadores. Para muestra, la acción promocional que Rizla llevó a cabo en el festival musical Low Cost 2015 este verano. Un ejemplo de que con apenas dos fly banners, un cartel a modo de display y un arsenal de pistolas de agua se puede generar mucho más engagement que con una campaña de miles de euros en un medio de comunicación.
Vídeo Rizla fly banners y fiesta en la playa
El movimiento de cabeza de las promotoras y su belleza también ayuda a captar la atención de un público joven y con ganas de pasarlo bien, sin duda. Pero son los fly banners y el display los que dan visibilidad a la marca en un espacio repleto de escenarios y pancartas publicitarias y los que hacen que cientos de festivaleros quieran participar en esta performance #RompeLow. ¿En qué consiste exactamente? Como su propio nombre indica, en romper, atravesar el papel de Rizla y pasárselo como niños mojando al personal. Un guiño a esta marca de papel de liar y a un festival, el Low Cost, pensado para disfrutar.
